Translate

miércoles, 12 de marzo de 2014

El teatro en Educación Infantil

El teatro en Educación Infantil

Resumen
   EN ÉSTE ARTÍCULO SE HABLARÁ DE EL TEATRO Y LA DRAMATIZACIÓN COMO PROCESOS INDEPENDIENTES PERO INDISOCIABLES, ADEMÁS DE INTRODUCIR LA DRAMATIZACIÓN EN EL AULA, LAS CAPACIDADES QUE DESARROLLA EN EL NIÑO LA PRÁCTICA DE ÉSTOS, EL PROCESO DE TRABAJO QUE HEMOS DE SEGUIR PARA QUE LA FINALIDAD DIDÁCTICA COBRE SENTIDO Y ALGUNOS RECURSOS PARA EL AULA.

Presentación

     Cada vez que nos queremos relacionar o comunicar con los demás no solo utilizamos el lenguaje verbal sino también el gesticular e incluso, muchas veces, la forma de vestir o los colores que llevemos en la ropa ese día influyen positiva o negativamente en la imagen que queremos dar a los demás. Los gestos son uno de las formas en las que nos comunicamos con los demás y que son muy importantes en el lenguaje ya que apoyan o entorpecen la comunicación verbal. Partiendo de éstas premisas podemos deducir que el teatro, tal y como se conoce “vulgarmente”, no son más que escenas de la vida de las personas, reales o ficticias, planificadas y llevadas a escena.

Dramatización y teatro

   La definición de teatro se aplica para designar el aspecto formal externo de la dramática, por lo que podríamos incluir dentro de él todo lo que pueda ser representado a través del juego dramático, los títeres, las sombras y el teatro convencional. Sin embargo, la raíz del teatro no es la primeriza dramatización sino que va más allá y se aposenta en el juego. El juego, como bien es conocido por las maestras/os de Educación Infantil, es muy importante para el niño/a en éstas edades ya que desarrolla capacidades cognitivas, afectivas, sociales, morales, lógicas… he ahí la importancia de la dramatización y el teatro durante esta etapa. Así pues, podemos decir que todo parte del juego natural del niño/a que se convierte, con ayuda del educador/a, o es un juego dramático, es decir, creado a partir de ellos mismos sin  tener que aprender un texto de memoria, cuya funcionalidad para el educador es la modelación para alcanzar al teatro propiamente dicho, el cual se empezaría a tratar en etapas posteriores como veremos más adelante.

   En la dramatización, que es en la que nos centraremos en la etapa de Educación Infantil, no importa el resultado final como en el teatro, sino el proceso ya que del resultado no depende el aprendizaje. Además no existen los espectadores pero, como afirma Tejerina (1994), supone un juego programado por el educador/a, con una reflexión y una preparación de los medios verbales y no verbales para explorar la realidad y dramatizarla sin tener por qué dejar de ser una práctica gozosa y colectiva, que no requiere habilidades especiales y cuyo único requisito es el deseo de participar y pasarlo bien.

   Por parte del educador/a, la dramatización supone dar estructura dramática a textos que no la tienen, lo cual exige modificar su forma originaria y adaptarlos a las peculiaridades del esquema dramático, caracterizado por la representación de una acción que contiene un conflicto y realizada por unos personajes que se comunican con los demás. Ésto es así, porque no solo debemos modificar y aprovechar problemas o situaciones reales de nuestros alumnos/as para realizar una dramatización sino que también es necesario dar cuerpo dramático a textos clásicos como pueden ser los cuentos preferidos de los niños de la clase, lo cual desembocará en un verdadero aprendizaje significativo debido, sobre todo, a la motivación inicial de nuestros alumnos/as y, como mencionamos anteriormente, es Educación Infantil importa más el proceso que el resultado para el aprendizaje. Por tanto, el proceso de dramatización consistiría en desentrañar su significación por medio de comentarios grupales y, una vez analizado, realizar diversas propuestas de dramatización por medio de improvisaciones cosa que suele ser muy divertida.

   Por otro lado podemos decir que el teatro potencia el conocimiento del cuerpo y de la voz, ya que se trabaja la expresión oral y corporal y que es un arma valiosa para la formación de la personalidad y de la autodisciplina, sirve para vencer la timidez y posee un alto valor socializante. Por ello, y como dijimos que el teatro se realiza en edades posteriores, es muy importante que se trabaje en Infantil la dramatización como base del teatro.

Teatro y lectura

   En la literatura infantil el teatro es el gran desconocido quizás por estar popularmente ligado a “los adultos”. Es un error pensar que el niño, por el simple hecho de ser pequeño no pueda hacer o leer teatro sobre todo esto segundo, ya que incluso las editoriales lo relegan a la estantería de los mayores. Aún así el hábito de leer teatro lo hemos perdido , en gran parte, por los avances de las nuevas tecnología que nos lo dan todo hecho. Ciertamente el texto teatral pertenece a un género específico y tiene como finalidad última ser llevado a escena, pero no por ello deja de ser literatura.

   En la educación Infantil los educadores/as temen llevar la literatura teatral al aula por miedo a no ser entendida por los alumnos/as pero hemos de pensar que con ello solo los estamos privando de la belleza de éstas obras literarias cosa que captan muy bien pese a no ser comprendidas con el raciocinio de un adulto.

   En clase podemos promover la lectura de éste tipo de obras leyéndolas como maestras/os en clase y como tales debemos de darnos cuenta que se lee de forma diferente, lo que ayuda a captar la belleza de la palabra por parte de los niños/as, y que es distinta a leer un cuento o un poema. Asimismo, ayuda a desarrollar la expresividad oral, la imaginación y creatividad además de enriquecer la capacidad de comunicación y la sensibilidad hacia la literatura.

   Por diversas razones el repertorio de teatro no es muy extenso ni abunda la calidad en los comercios pero tras una intensa búsqueda podemos recomendar la lectura de “ La niña que riega la albahaca y el príncipe preguntón” en Obras para títeres de Federico García Lorca. Zaragoza: Teatro Arbolé y Cultural Caracola, colección Titirilibros, nº 9. 1998.

Sistema evolutivo del teatro

   La base de nuestro trabajo en el aula debe ser el sistema evolutivo del teatro en la Educación Infantil el cual procederemos a explicar:

   En la edad comprendida entre los cero y los tres años no podemos decir que exista ningún tipo de indicio que pueda posteriormente desembocar en el teatro aunque se podría considerar el inicio del juego como tal, la base para el juego simbólico posterior que dará lugar al teatro.

   Cuando los niños alcanzan la edad de tres años hasta los cinco, su juego se va desmembrando en diversos juegos, entre ellos el simbólico y de roles. éstos se dan a partir de cualquier motivación inicial como lo puede ser un cuento, una canción, una lámina, etcétera, desembocando hacia el final de los cinco años en lo que se conoce como juego dramático. Los juegos, además, se producen de forma espontanea y pueden ser una acción individual o grupal, por lo que el maestro/a puede aprovechar para dirigir la actividad hacia el juego dramático. Asimismo deberá ser un observador participante, un compañero simbólico y un espejo de dé seguridad.

   Ahora nace una pregunta: ¿qué es el juego dramático? para algunos autores es sinónimo de dramatización pero nosotros la describiremos como una forma de dramatización que incluye el juego espontáneo y en la que el maestro/a coordina a un grupo de niños que inventa sin la presencia de espectadores y evalúa el proceso de éste. Por otro lado podemos hablar también de la creación dramática que es más cercana al teatro por plantear juegos que engloban elementos de la estructura dramática con argumentos breves, diálogos improvisados y preparados rápidamente para ser presentados a los compañeros, por lo que ya se incluyen espectadores, que serán críticos del trabajo de sus compañeros.

   Resumiendo, en el juego dramático se parte del tema surgido, de lo general, para llegar a lo particular, que es la parcialización de éste tema en subtemas en cada uno de los cuales habrá conflicto, acción y personajes y la forma de representación será colectiva, es decir, todo el grupo a la vez. Sin embargo en la creación dramática se partirá del personaje, es decir, se piensa el argumento de la historia a partir de un personaje dado y su presentación será por grupos.

   Debemos de tener en cuenta que el niño en éstas edades empieza poco a poco descentrarse y comienza a abrirse al exterior por lo que empieza a ser capaz de ponerse en el lugar del otro. Debemos, como maestros/as, aprovechar esto para ayudarlos en su descentralización y así cumplir con uno de los objetivos primordiales del currículo: la autonomía intelectual, moral y física, y que mejor manera que enseñándolo a expresar con su cuerpo ya que nos solemos centrar en el desarrollo del lenguaje, pero ¿de qué lenguaje? ¿solo del verbal? ¿por qué? Así facilitamos al niño que se mire con otros ojos, los del personaje, exprese sus temores inconfesables a través de una persona que “no es el” y desarrolle su capacidad cognitiva.

   El juego dramático en el niño de tres a cinco años tenemos que mirarlo a través de los estadios que en su día propuso Piaget: los niños de ésta edad están en el estadio preoperacional, simbólico y prelógico que se centra en la acción que es espontanea y eminentemente lúdica . En éste estadio el niño comienza a diferenciar la ficción de la realidad y se inician, entre otras cosas, pautas de desarrollo social. Los niños intentan asumir personajes pero solamente reconocen una característica y es ésta la que representan, por ejemplo “un personaje es muy bueno o muy malo” lo que nos lleva a la simplicidad en la caracterización de personajes y en el argumento de nuestra dramatización, pero que es un gran comienzo para llegar al teatro.  Además un niño no tiene por qué ser siempre el actor sino que también puede desempeñar otros roles como director de escena cuyo beneficio pedagógico es igual o mayor que el de ser actor ya que se convierte en un pequeño “crítico”.


Proceso de trabajo

   Para llevar a cabo en el aula un juego dramático hemos de preparar o tener en cuenta las siguientes cuestiones, ya que tanto el juego dramático como la creación dramática se desarrollan siguiendo una estructura que podrían resumirse en tres fases:

1-    Preparación del juego

  • Propuesta del tema: deberíamos dejar que los alumnos lo eligieran para que el factor motivación no se perdiese en ningún momento, para ello confeccionaremos una lista de posibles temas para jugar.
  • Tema y elección de personajes: mediante la puesta en común, el maestro/a analizará los conocimientos que los alumnos tienen a cerca de los temas propuestos y ayudará a elegir el más adecuado en base a ellos. Seguidamente se hará una lluvia de ideas en la que surgirán todos los personajes relacionados con el tema a jugar y cada uno elegirá el que más le guste buscando siempre el consenso entre todos.
  • disfraces: les pediremos a los papás que nos ayuden a caracterizar a los personajes que cada alumno/a haya elegido.
  • Preparación de la escenografía: Todos los maestros/as de los distintos ciclos de Educación Infantil, así como los papás y los hijos que lo deseen pueden colaborar en la realización del decorado.

2-    Juego propiamente dicho

  • Juego: Se dará comienzo al juego con una orden preestablecida grupalmente. Seguidamente todos los niños/as se centran el personaje al que van a representar y comienza el juego. La única consigna es no pensar más que en ser el personaje indicado. Aquí se darán nuevas situaciones no previstas que pondrán a prueba la capacidad de reacción del guía (el maestro/a) y de improvisación de los alumnos.
  • Orden de terminación del juego: Debe ser la misma que fue utilizada para dar comienzo al juego.
  
3-    Evaluación

  • El maestro/a y los alumnos/as evaluarán conjuntamente y en la asamblea tras el juego. El fin de esta evaluación es recoger información de todo tipo, es decir, que sirva para mejorar  la práctica del maestro y como retroalimentación para los alumnos/as (feed-back)

4-    Recogida de materiales: tras todo esto restableceremos el orden en la clase así como su limpieza.

     Ejercicios y técnicas expresivas:

  • Ejercicios de situación y toma de contacto, que propician un buen ambiente de trabajo y una buena disposición por parte del alumno/a.

  • Ejercicios de respiración, relajación y concentración. Son una buena forma de desconectar a los niños/as de sus quehaceres diarios y aprendan a relajarse para que cuando más adelante lo necesiten en su vida diaria sepan hacerlo solos, además de ayudar enormemente en el juego de dramatización o dramático. Lo ideal es una música relajante para trabajar la respiración y concentración en el aula, con ejercicios como “el nacimiento de una semilla” (los niños/as son pequeñas semillitas ancladas en la tierra y van creciendo y abriéndose conforme pasa el tiempo pero muy lentamente hasta convertirse en grandes árboles fuertes y robustos), y con materiales como globos o papeles y pajitas para trabajar la respiración.

  • Ejercicios de expresión corporal, como lo puede ser la danza de alguna canción que conozcan en el aula y les guste, los motive, para poder explorar así las posibilidades expresivas de cada uno.

  • Ejercicios de memoria sensorial, con estímulos sensitivos para revivir sensaciones antes experimentadas. Por ejemplo, el maestro/a podrá decir a los niños que cierren los ojos y que se imagines caminando por un parque con sus papás, que compran un helado del sabor que más les guste y que lo empiezan a saborear lentamente.

  • Ejercicios de memoria emotiva, con estímulos sentimentales experimentados al recordar. Un ejemplo sería que el maestro/a evocara el recuerdo de alguna vez que se pusiera muy contento/a con la clase y les diera un premio ¿cómo se sintieron los niños/as en ese momento?

  • Ejercicios de improvisación, para potenciar la capacidad de reaccionar ante lo imprevisto o asumir papeles diversos. En la asamblea el maestro/a podría decir que se improvisara el cuento que acaba de leer ¡será muy divertido!

  • Ejercicios de dramatización, para convertir en materia dramática algo que, en un principio y como hemos visto, no lo era.
   Anteriormente hemos mencionado brevemente  las fases de la estructura de la creación dramática, pero antes de llevarlas a cabo debemos de decir que la elección de la obra de la que partiremos para nuestra creación dramática es muy importante así como la preparación de los materiales que utilizaremos en ella.

   Muchos maestros/as de Educación Infantil se sienten impotentes ante la dramatización, ya que hemos visto que es un error pensar que se puede hacer teatro en toda regla con los niños/as de estas edades y que además es contraproductivo porque para llegar al teatro hay que pasar por diversas fases del juego y la dramatización, puesto que no saben elegir acertadamente las obras que van a realizar, que deberán de ser de calidad y no cualesquiera por el hecho de ser para esta etapa educativa, no tienen una metodología adecuada para hacerlo y los resultados, que vimos anteriormente que no son lo importante sino el proceso, no son los deseados. Para que una obra funcione es necesario conocer el teatro y la dramatización por parte del maestro/as, tener muy en cuenta que él/ella es parte activa y guía de la obra y no un simple director/a que dirige y corrige, y que lo importante es el proceso y no el resultado. También es cierto que hoy en día las obras que se realizan en Educación Infantil se hacen por algún motivo, es decir, la celebración de la navidad, la fiesta de la primavera… y tienen un fin consciente o inconscientemente marcado: gustar a los papás que van a ver a sus hijos y quieren que lo hagan muy bien porque, en muchas ocasiones los graban y, obviamente quieren que sus hijos “sean los mejores”. éste pensamiento también influye en la forma de trabajo del maestro puesto que ya no considera importante el proceso de aprendizaje de la dramatización sino el resultado del teatro. Con esto nos estamos saltando un paso esencial en la evolución natural y productiva del teatro, ya que éste es más propio de la Educación Primaria y la dramatización, como dijimos anteriormente, de la Educación Infantil. Si reflexionamos un poco, podemos pensar que a ningún maestro/a de infantil se le ocurre enseñar a los niños/as primero la multiplicación y después la ordinalidad y cardinalidad de los números ¿Porqué en el proceso de aprendizaje del teatro sí?

Algunos recursos útiles para la dramatización en clase

   Toda dramatización se hace a través de nuestros movimientos pero dichos movimietnos pueden ir o no acompañados de materiales, es decir, los personajes podemos ser nosotros mismos o los niños/as disfrazados/as, o partes de nuestro cuerpo que manejen marionetas. Pese a la simplicidad de la que se nutre la palabra “marioneta” existen muchos tipos de ellas que a veces no son denominadas marionetas como tales, sino títeres, cabezudos, etcétera., aunque nosotros los incluiremos todos en un gran campo semántico que denominaremos muñecos.

   En Educación Infantil podemos realizar mediante talleres con los padres o simplemente los maestros/as y niños/as todo tipo de muñecos que son muy divertidos de confeccionar y dan mucho juego y vitalidad a las dramatizaciones además de tener un factor de motivación intrínseco ya que las muñecos pueden ser confeccionadas por los niños/as solos, los niños/as con sus padres, o los niños/as con los maestros/as.
   A continuación proponemos diferentes muñecos para mejorar la creatividad, expresión, lógica y sociabilidad de los alumnos/as, que, una vez creada o contada la historia que dramatizaremos harán las delicias de pequeños y mayores:

1-    Títere de guante: son los que generalmente nos ponemos en las manos. Existen diversos tipos:

- títere catalán 
  
                                                 


- marionetas: títeres manejados desde arriba

                                              


- títere de manopla




 


- títere de percha



- títeres de varilla



2-    Técnicas de realización:

- Siluetas en cartón: ésta es una técnica muy simple que se puede realizar en el aula. Con cartón o cartulina podemos construir títeres planos, manejados generalmente por una varilla de sujeción desde abajo. El material necesario es; tijeras, cartón o cartulina, ceras y/o rotuladores, témperas, pegamento, papeles de colores recortes de revistas, barniz, lanas y palos de polo o similar. Se recortará la silueta del personaje que previamente haya dibujado o copiado el maestro/a, seguidamente se le dará color y se la vestirá con lana, papeles de revistas, etc. La terminaremos con una mano de pintura y barniz. Por último se fijará la varilla o palo de polo y se colocarán cuantos adornos se quiera para personalizarla.
Otras marionetas planas muy simples serían las siguientes en las que los dedos de la mano del niño/a se introducirían como piernas:

- cajas de cartón: Con una simple caja de cartón se pueden realizar títeres planos, como los que hemos descrito anteriormente, títere de manopla por ejemplo con una caja de quesitos por boca de un dragón calcetín o una huevera por boca de un cocodrilo, cabezudos y títeres de percha que son aquellos que se parecen a los títeres que se manejan con varillas pero más grandes.


- cabezas de bola: Se trata de hacer títeres de dedo, de guante o de varillas utilizando como cabeza una bola de poliespán, . Las posibilidades y materiales son infinitos y los niños/as se lo pasarán genial inventando y creando a la vez que aprenden.

- títeres de punto calcetín o fieltro: estos materiales son muy interesantes y fáciles de manipular aunque para que queden bien es necesario coser y por lo tanto la ayuda de un adulto, pero también es posible realizarlos con un buen pegamento. Un ejemplo de ellos sería el que vemos en la imagen:









No hay comentarios:

Publicar un comentario